¿Dónde está tu impaciencia? Bienvenidos a una zona sin estrés.

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“Abre tus ojos, mira dentro.
¿Estás satisfecho con la vida que estás viviendo?”.
Bob Marley

¿Dónde está tu impaciencia? Bienvenidos a una zona sin estrés.

Últimamente veo a mi alrededor que la gente pierde la paciencia de forma muy rápida, entiendo que todos vamos cómo “locos” algunas veces, que en los centros de trabajo te piden las cosas para ayer, algo que realmente me llama y siempre me ha llamado mucho la atención, el que las cosas se quieran para ayer, cuando normalmente nos consideran a nosotros económicamente hablando y trabajando como el “país del mañana” (Tomorrow country), y si digo esta afirmación es porque recuerdo hace años atrás, en la universidad mientras estudiaba economía en mercados macro económicos, se decía ya en aquel entonces que siempre teníamos la expresión en la boca de “Mañana te lo mando, mañana te lo digo, mañana te lo podré confirmar” y así un sinfín de mañanas, creo y a la fuerza que seguramente a lo mejor tendrían cierta lógica que nos denominaran así, lo que os quiero preguntar es ¿Por qué decimos mañana cuando queremos decir que lo queremos para ayer?

Llevando de nuevo las ideas a su epicentro, volviendo a temas de reflexión, girando otra vez el entorno del blog, para ir aportando un 1% más a la sociedad.

Cada día me desplazo en moto por la ciudad, me es más cómodo, rápido y económico. Conozco muy bien los peligros de conducir la moto, llevo más de 24 años encima de ella y he visto de todo con mis ojos, el otro día en otra red social (Facebook) un buen amigo mío ponía un comentario que decía “ Hoy estaba parado en un semáforo, por las prisas de un conductor, ha acelerado antes de que el semáforo se pusiera en verde y ha embestido a una moto que pasaba en el último momento su semáforo, la cual cosa ha provocado un accidente, esto me ha hecho reflexionar que por menos de 3 segundos, si esa persona hubiera esperado, no hubiera pasado lo que he visto hoy, todo por culpa de la falta de paciencia, las prisas”. La verdad es que con lo que llevo de año transcurrido cada semana veo uno, desgraciadamente.
Hoy es ir en moto, mañana es en el trabajo, pero todo tiene un denominado factor común que es la impaciencia de la gente, todos nos hemos sentido alguna vez impacientes por alguna cosa, noticia, estrés de trabajo etc.

Hoy os propongo un ejercicio en forma de prueba para que lo hagamos conjuntamente.

¿Por qué no anotamos las cosas que nos han hecho estar de forma impaciente durante las últimas semanas?. ¿Qué contiene nuestra lista? Podríamos incluir:

1. Esperando en una cola de pago.
2. Esperando en el tráfico
3. Quedarse atrapado detrás de un conductor lento
4. Quedarse atascado en un proyecto que no se ajusta a nuestros objetivos de la carrera
5. La lista se puede ir alargando…

¿Cuáles has incluido en tu lista? ¿Alguna de ella te suena familiar?

La impaciencia se suele combinar con la espera o quedarse atascado. No nos gusta que cuando las cosas se mueven van más lentas de lo esperado o de lo que queremos.

Ahora, pensemos, retrocedamos a un momento de nuestra vida en la que los elementos, acciones, experiencias nos hacían sentir más pacientes en nuestras vidas. Podríamos incluir objetivos de carrera, planes de nuestra vida, o los objetivos de liderazgo mismo en una organización.

Es una cosa extraña.

Podemos llegar a ser extremadamente impacientes cuando no podemos mover unos kilómetros por la carretera mientras podemos esperar toda una vida para alcanzar nuestros objetivos llenos de propósitos. A veces, nuestra impaciencia y paciencia consiguen que nos encontremos fuera de lugar. Cuando nos miramos dentro de una sencilla matriz, ganamos un poco más de claridad.

Matriz de la Impaciencia

La división de nuestra paciencia y la impaciencia entre las actividades de la vida, en el trabajo en los entornos de nuestras familias, amigos, y muchas veces en las formas de liderazgo que nos encontramos delante nuestro, sin importancia e importantes, nos ofrece una mejor visión para nosotros en absorber la energía. Evaluemos cada cuadrante.

A.) Rutina – Hay actividades poco importantes que tenemos que hacer. En cuanto a la dirección de la vida, son las cosas funcionales que hacemos, y lo hacemos con una mentalidad cotidiana, normal, usual, por lo que somos pacientes.

B.) Lanzamiento – Estos son los puntos de frustración que aterrizan de forma inesperada en nuestro camino. Tenemos que adoptar un enfoque más consciente de resolverlos, respirando y dejar que el flujo de la impaciencia de nuestros pensamientos y acciones. No podemos dejar que nos disparen y nos saquen fuera de pista, fuera de nuestras casillas.

C.) El ritmo – Para algunas de nuestras actividades importantes, nos puede llegar a sacar de quicio. Tenemos que recordar que el hecho de poner un pie delante del otro, nos hace avanzar. Se trata de movimiento, no sólo movimiento. Se trata de la coherencia del trabajo y el esfuerzo para alcanzar nuestras metas y propósitos. Correteando alrededor cómo si nos fueran a quitar los neumáticos del coche, puede sacarnos de nuestras casillas; tomemos la acción coherente para que la misma nos proporcione mejores resultados. Cojamos el ritmo de menos a más , paulatinamente.

D.) Zancada – La vida es un equilibrio. No podemos llegar a ser demasiado pacientes para lograr nuestro propósito de vida, como la vida que tenemos es sólo una, sólo nos puede pasar esa vez. Para las cosas importantes en nuestra vida, tenemos que ganar y mantener nuestro paso.

La rutina y la liberación nos mantiene equilibrados.

Rutina resolvamos las pequeñas actividades y cuestiones que se nos plantean durante el día.

Lanzamiento nos mueve más allá de lo que verdaderamente no importa.

Zancada y el ritmo van mano a mano. Juntas.

Ritmo nos mantiene centrados.

Zancada nos impide avanzar.

Tenemos que utilizar nuestro ritmo para mantener nuestra impaciencia en jaque. También tenemos que usar nuestro paso, nuestra zancada para mantener nuestra paciencia en jaque. Cómo si de una partida de ajedrez estuviéramos jugando de forma sistemática, dónde cada movimiento lleva una acción, esta puede llevar a un cambio, y a partir de allí su gestión. Un estira y afloja. Podemos pasar de pacientes a impacientes en cuestión de segundos.

¿ Vale la pena ponerse nerviosos, impacientes delante de situaciones difíciles?

¿Vale la pena perder el juicio delante de personas tóxicas que nos influyan en nuestro camino a recorrer?

¿ Vale la pena empezar por nosotros a reconocernos ciertos síntomas de impaciencia, los cuales no nos llevarán a nada?

Para terminar dado que he estado un poco impaciente en querer terminar el post del mismo y escuchar esta canción para crear un poco  de ritmo, dando zancadas y a la vez para salir de la rutina.

Bienvenidos a una zona sin estrés.

Gracias por leerme, por disfrutar, y sobre todo que te haya ayudado.

Seguiré escribiendo, y aportando.

Photo Credit: Fotos propias diseñadas by @Rlloria con Canva.

Ricard Lloria by @Rlloria

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16 comentarios en “¿Dónde está tu impaciencia? Bienvenidos a una zona sin estrés.”

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