
«Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer» – Pablo Picasso
Ser humilde es un rasgo de liderazgo, pero no sólo de liderazgo, sino es una actitud, un comportamiento de cada uno de nosotros, como seres humanos.
Nuestras historias son demasiado comunes: Después de años de duro trabajo persiguiendo el sueño, intentando auto-motivarnos para llegar a la cima del éxito que está tanto queríamos merecer, en esa época de estudiantes. Y lo hemos adivinado; que permitimos que el éxito nos subiera a la cabeza, que tantas generaciones han querido llegar a ser. Esos tiempos de bonanza o de querer aparentar algo que no éramos, quien sabe. ¿Qué pasó con ser personas humildes?
Dentro y fuera de la red, todos por igual, nadie es mejor que nadie ni nadie es más especial que nadie, somos diferentes que es diferente a la hora de definirnos. Tanto en la vida real, como ahora en la era digital. Los vemos en todas partes, gente arrogante, con poca empatía, falta de humildad, falta de gratitud, esenciales hoy en día, tanto en tiempos pasados, como futuros.
Estas personas que piensan que son tan especiales. Comprando lujosos «juguetes» para mostrar el éxito que se han convertido, y dejando a un lado los compañeros, amigos, colaboradores que los han ayudado a alcanzar el éxito. Abandonan los valores y principios que los han hecho con el éxito. Y lo que es peor, porque son exitosos en un «área» de su vida, llegan a pensar que son «expertos» en todo.
Muchos de los que me conocéis en persona como los que no, sabéis que programo los post con semanas o meses de antelación, pensé que cuando hablamos de todo tiene espera o nuestro poder a partir de la experiencia y nuestro pode en la reflexión que ya iba a tirar la toalla, es decir dejar mi reto o «maratón de un post por semana» durante el 2015 el cual sin quererlo se ha extendido al 2016, pensé hasta cuando no me queden más fuerzas seguiré escribiendo, conociendo lo que es la «muerte del escritor» porqué ya lo sufrí hace años con «Instintos Laborales«, y lo pasé mal, porqué de golpe me vi que no podía ni quería escribir nada…
Gracias a un Tweet, que me alentó a seguir haciéndolo y que no lo dejara, gracias Pilar por leerme «entre líneas», gracias Víctor por hacerme seguir en el primer punto de inflexión, pero este es el tercer punto, lo positivo de todo, que tanto en los dos puntos de inflexión tenía y tengo los post o artículos programados con antelación, que nos dan tiempo a reflexionar.
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